Una fuente de la embajada dijo el jueves a la AFP que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, visitará Marruecos «muy pronto» tras el final de una disputa de un año entre los dos países.
El llamado a normalizar las relaciones se produce después de que los dos países trazaron una línea en medio de una amarga lucha a mediados de marzo, cuando Madrid cambió su posición en el territorio en disputa de Rabat reclamando la propiedad.
La fuente dijo que durante una llamada telefónica con el rey Mohammed VI de Marruecos, no se había fijado una fecha para la visita de alto nivel propuesta a Sánchez.
«Mohammed VI ha invitado al presidente del Gobierno de España a una visita oficial, que tendrá lugar muy pronto», ha dicho, y ha añadido que la invitación se hizo extensiva también al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albarez.
Albarez tenía previsto reunirse con su aliado marroquí Nasser Borida en Rabat el viernes, pero el viaje fue cancelado por invitación del rey.
“Por ello, ambos decidieron que la visita programada para mañana con la participación de los cancilleres se realizaría en el marco de la próxima visita del primer ministro”, dijo.
El 18 de marzo, España anunció que había aprobado públicamente el plan de autonomía de Rabat para el disputado Sáhara Occidental, poniendo fin a décadas de neutralidad.
A instancias de Marruecos durante muchos años, España buscó poner fin a una polémica que estalló en abril de 2021 cuando permitió que el líder independiente del Sáhara Occidental, Brahim Khali, fuera tratado por Covit-19 en un hospital español.
El Frente Policario en Galle ha luchado durante mucho tiempo por la independencia del Sáhara Occidental, una región desértica más grande que Gran Bretaña, que fue colonia española hasta 1975.
Un mes después, más de 10.000 inmigrantes cruzaron la frontera marroquí hacia el área del enclave de Ciota en España, ya que las fuerzas fronterizas locales fueron vistas como un gesto punitivo por parte de Rabat.
A pesar de varios anuncios de Madrid, Marruecos permaneció indiscutible, hasta el cambio de sentido de este mes.
A pesar de las críticas generalizadas en casa, Sánchez defendió la decisión como crucial para lograr una «relación más sólida» con Marruecos, un aliado clave en temas de inmigración.
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