Con los precios del gas, el petróleo y el carbón en constante aumento en los mercados internacionales y el invierno a la vuelta de la esquina, las autoridades españolas se apresuran a encontrar una solución al inminente cierre del gasoducto Maghreb European Gas (MGE), una importante fuente de gas natural para la península ibérica. Península.
Teresa Ribera, ministra de Transición de Medio Ambiente de España, viajó a Argelia el miércoles para discutir las consecuencias de cerrar esta fuente de energía en un momento en el que encontrar suministros alternativos es más complejo que nunca.
¿Por qué MGE está cerrado y por qué es tan importante para España?
El acuerdo operativo de 25 años de MGE vence el próximo domingo. Inaugurado en 1996, este gasoducto transporta gas natural desde Argelia hasta el sur de España por una longitud de 1.400 km y pasa por el noroeste de África, atravesando 540 km de territorio marroquí a lo largo de la ruta. Sin embargo, el deterioro de las relaciones entre Argelia y Marruecos llevó a Argelia a anunciar que el acuerdo no sería renovado.
España también recibe gas natural de un segundo gasoducto argelino, Medgaz, pero le preocupa que esta fuente no pueda compensar el déficit. La falta de suministro de gas en este momento en particular será un duro golpe, ya que los consumidores españoles ya están sufriendo el aumento vertiginoso de los precios de la electricidad, el combustible y el gas natural que se utilizan para calentar sus hogares.
Mientras que otros estados miembros de la UE como Alemania dependen del gas de la rusa Gazprom, que abastece a un tercio de Europa, España importa de Argelia casi la mitad del gas natural que consume en un año.
España no solo necesita gas para la industria y los sistemas de calefacción. De hecho, casi un tercio de la electricidad generada en España se produce a través de centrales de ciclo combinado, que utilizan gas natural. Estas instalaciones son un soporte importante para las energías renovables: cuando no hay sol ni viento, el suministro de electricidad se reduce considerablemente en la quema de gas natural y en las centrales nucleares, cuyo suministro es siempre constante.
Cuales son las alternativas?
Hay dos opciones para compensar los seis mil millones de metros cúbicos de gas natural que normalmente llega a España cada año a través del gasoducto MGE. Una es aumentar la capacidad del gasoducto Medgaz, que va directamente desde los campos de gas Hassi R’Mel en Argelia hasta la ciudad de Almería en el sureste de España.
Medgaz abrió hace una década y está controlada conjuntamente por el estado argelino (51%) y la compañía energética española Naturgy, antes conocida como Gas Natural Fenosa (49%). Este gasoducto aporta una cuarta parte del gas natural que llega a España. Argelia se comprometió a aumentar su capacidad de producción de ocho mil millones de metros cúbicos a diez mil millones de metros cúbicos al año, pero España aún necesitará unos cuatro mil millones de metros cúbicos adicionales para cubrir sus necesidades. Esto se puede lograr importando gas natural licuado (GNL) en buques de transporte.
¿Por qué el momento es tan malo?
Con el mundo emergiendo lentamente de la pandemia de coronavirus, las principales potencias como China se apresuraron a aumentar sus compras de gas natural para evitar una escasez de suministro antes de los fríos meses de invierno. Asia representa casi las tres cuartas partes de las importaciones mundiales de GNL, según la firma financiera AllianceBernstein. Los precios se han multiplicado casi por cinco desde enero y la demanda de transportistas de GNL también se ha disparado.
Se necesitarán unos 50 de estos barcos para transportar los cuatro mil millones de metros cúbicos que España necesita para suplir el déficit de MGE que no puede cubrir Medgaz. Muchos transportistas no serán fáciles de encontrar y serán muy caros en un momento de gran demanda. Además, el proceso de licuar el gas y luego devolverlo a un estado gaseoso es mucho más costoso que simplemente dirigirlo a través de una tubería.
España no está sola en problemas. Para Marruecos, el oleoducto MGE es una importante fuente de ingresos: hasta 200 millones de euros en un buen año y 50 millones de euros en un mal año, dependiendo de los volúmenes que lo atraviesen. Rabat también retuvo parte de este gas natural para generar alrededor de una décima parte de su electricidad. Una disputa diplomática con Argelia por el territorio en disputa del Sáhara Occidental podría conducir a una crisis energética propia.
¿Qué puede hacer Marruecos para cerrar la brecha de oferta?
Una opción podría ser pedirle a Madrid que devuelva los restos de gas natural a Marruecos a través del gasoducto MGE, pero no está claro cómo reaccionaría Argelia a esto. Rabat también puede incrementar la cantidad de electricidad que importa de España a través de dos cables submarinos, pero la capacidad de este tipo de intercambio entre Marruecos y España es inferior al 1% del total de la electricidad consumida en España.
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