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Las tácticas de fusiones y adquisiciones del capital riesgo se están poniendo a prueba de forma inusual en España. La oferta de 1.600 millones de euros de la firma compradora Apollo por el grupo de certificación industrial Aplus ha aterrizado en un complicado enfrentamiento regulatorio, una advertencia de cómo las estrategias agresivas de adquisición pueden resultar contraproducentes. El regulador ha intervenido acertadamente para evitar una situación en la que un postor con la oferta más baja podría haber ganado un contrato impugnado.
La lucha por Applus comenzó en junio, cuando Apollo ofreció 9,50 euros por acción. En septiembre, un grupo de ofertas rival formado por I Squared Capital y TDR Capital entró en la contienda con una oferta de 9,75 euros por acción. En general, los fondos de cobertura de arbitraje de fusiones estaban construyendo sus propias posiciones en previsión de una guerra de ofertas.
En enero, Apollo adquirió de estos fondos una participación del 21,85 por ciento en Applus. Las acciones se compraron a 10,65 euros, lo que elevó el precio de oferta de Apollo. Además, la Ley de Atracción de Apolo eventualmente pagará fondos adicionales para igualar la oferta ganadora. Incluso si Apollo vendiera su posición a otros postores, se comprometió a pagar la diferencia del 75 por ciento del precio ganador.
Las cosas no salieron como esperaba el equipo Apollo. Las leyes de opas españolas permiten cerrar un proceso competitivo mediante ofertas sobre sobre cerrado. Estos fueron entregados la semana pasada. Gana el precio más alto: ese es el lado I Squared/TDR a 12,78 euros por acción. Apollo no solo perdió dinero, Orb también incorporó fondos.
Algunos de estos fondos tomaron cartas en el asunto y compraron acciones por encima de la oferta ganadora del mercado. La idea, presumiblemente, es garantizar que la oferta pública de Apollo tenga éxito. Apollo ha negado cualquier implicación. Pero la CNMV se mostró sorprendida por la decisión. Suspendió la negociación de acciones, con el objetivo de evitar que los fondos de Orb se vendieran a Apollo.
La Autoridad Disciplinaria tendrá derecho. Una vez finalizado el proceso de oferta sellada, las disposiciones de adquisición impiden que cualquiera de las partes compre más del 2 por ciento de las acciones por encima de la oferta máxima del acuerdo. Los fondos de cobertura pagan por encima de este límite. Si Apollo hubiera ganado la subasta de esta manera, habría ganado la oferta más baja.
La mayoría de las partes interesadas (incluidos los fondos de pensiones locales y los minoristas) habrían soportado el precio de Apollo.
Apolo aún tiene que decidir su próximo movimiento, pero el resultado ha indicado insatisfacción. De todos modos, es una prueba que el regulador español ha pasado.
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