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España se ha convertido en el último país de la UE en eliminar las «visas doradas» que han atraído a miles de inversores inmobiliarios extranjeros, ya que los crecientes costos de la vivienda hacen que los esquemas sean políticamente tóxicos.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dijo el martes que su gabinete tomaría las primeras medidas para cancelar las visas, que se introdujeron en 2013 y permitieron a los inversores que gastaron al menos 500.000 euros en bienes raíces obtener el derecho a vivir en España.
«Tomaremos las medidas necesarias para garantizar que la vivienda no sea sólo especulación», dijo Sánchez, jefe del gobierno de coalición liderado por los socialistas.
La decisión de España sigue a las medidas adoptadas por Portugal e Irlanda el año pasado para eliminar las visas doradas relacionadas con el sector inmobiliario. En los tres países, estos programas se introdujeron para atraer inversión extranjera y recuperarse de las crisis financieras provocadas por el colapso de los mercados inmobiliarios.
La Comisión Europea ha criticado las visas doradas, citando riesgos de seguridad y preocupaciones sobre posible corrupción, lavado de dinero y evasión fiscal. Para 2022, instó a los Estados miembros a abordar esos riesgos y poner fin a los aún controvertidos esquemas de pasaportes dorados, especialmente en Malta y Chipre, que ofrecen no solo ciudadanía sino también ciudadanía.
En España, muchas de las aproximadamente 10.000 visas doradas emitidas en la última década han sido otorgadas a ciudadanos rusos y chinos, dijo un funcionario del gobierno. Permiten a los beneficiarios vivir en el país durante tres años.
Los economistas no ven las visas doradas de España como una causa importante del aumento de los precios inmobiliarios, pero desde el año pasado Sánchez ha estado bajo presión para poner fin al programa mientras los miembros de izquierda de su coalición se preocupan por el aumento de los costos de la vivienda.
Si bien las visas doradas se pueden obtener a través de una variedad de inversiones, Sánchez dijo que 94 de cada 100 emitidas en España están relacionadas con la compra de propiedades. Se concentran en centros turísticos como Barcelona, Málaga, Alicante, Valencia, Madrid y Palma de Mallorca, afirmó.
«Estas ciudades se enfrentan a un mercado inmobiliario muy ajustado donde es casi imposible encontrar viviendas decentes para las personas que viven, trabajan y pagan impuestos todos los días», dijo Sánchez.
«Este no es el modelo de país que necesitamos, uno de inversión especulativa en vivienda, porque es un modelo que nos destruirá y, sobre todo, reducirá la desigualdad».
Los diputados españoles primero deben aprobar un cambio de ley para abolir la visa dorada.
En un estudio publicado el año pasado, la división española de Transparencia Internacional expidió 2.700 visas a ciudadanos chinos y más de 1.100 a rusos.
Mientras que Irlanda descartó por completo su programa el año pasado, Portugal cerró la ruta inmobiliaria, pero permite a las personas obtener visas doradas a través de otros tipos de inversiones. Las visas doradas existentes son válidas en ambos países.
Información adicional de Laura Dubois en Bruselas
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