Madrid (AFP) – Apenas unas semanas después de que cientos de bovinos fueran sacrificados en un puerto del este de España tras ser considerados no aptos para fines comerciales, España ordenó la ejecución de 1.600 terneros a bordo de un segundo barco que sobrevivió a una terrible experiencia de tres meses en el mar.
Las casi 180 cabezas de ganado que murieron durante el viaje fueron cortadas en pedazos y arrojadas al mar por la tripulación, según Animal Rights Group, que publicó lo que presentó como la investigación oficial de España sobre el transportista.
El Ministerio de Agricultura citó «la salud y el bienestar de los animales» como motivos para emitir órdenes al propietario del buque para aislar a los animales y sacrificarlos «sin sufrimiento».
El ministerio advirtió en un comunicado el lunes que las autoridades llevarán a cabo la ejecución si la empresa no cumple con el plazo para la operación el jueves, y agregó que los terneros no son aptos para la exportación o serán devueltos al país.
Albaik, un gran transportista de ganado, salió del puerto de Tarragona, en el norte de España, a mediados de diciembre y atracó la semana pasada en Cartagena después de luchar para encontrar compradores para su envío original de 1.789 cabezas de ganado. El destino del barco es similar al de Karim Allah, quien iza la bandera libanesa, cuyo cargamento que pesa más de 850 cabezas de ganado fue ejecutado en el mismo puerto del este del Mediterráneo a principios de este mes después de que Turquía y Libia rechazaran a los animales por razones de salud.
El ministerio dijo que el propietario del ganado no logró asegurar la venta del ganado a pesar de haber salido de España con la autorización sanitaria correspondiente.
Igualdad Animal y otros grupos de defensa de los derechos de los animales han utilizado el destino de ambos barcos como argumento para pedir la prohibición de las exportaciones de ganado.
El lunes, el grupo subió lo que dijo que era el informe del Ministerio de Agricultura después de la inspección in situ del viernes pasado en el área de Al-Baik. Según el informe del presunto veterinario, el capitán del barco dijo a los inspectores que la tripulación cortó partes del cuerpo y arrojó al mar los restos de las 179 cabezas de ganado que murieron durante la travesía.
El informe también detalla las malas y peligrosas condiciones de las instalaciones del barco, ya que los inspectores encontraron muchos animales hacinados, desnutridos o gravemente deshidratados. Algunos de ellos también mostraban signos de piel y otros problemas de salud, según el informe.
La oficina de medios del ministerio se negó a confirmar la autenticidad del informe.
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