Madrid, 12 de diciembre (EFE). No se pueden comer todas las flores, pero sí las que ofrecen ensaladas, platos y postres con colores y sabores intensos, una tendencia al alza en los restaurantes tras reabrir tras los peores meses de la pandemia, como lo demuestra el hecho de que los pedidos a los productores españoles se han disparado.
Violas o flores pequeñas, pétalos de rosa, ajo, flores de pared, flores de jazmín o hinojo son algunos ejemplos de ingredientes que pueden marcar una comida o cena esta Navidad además de aportar belleza al plato – fresco, cristalizado, liofilizado o deshidratado – se pueden degustar sin ningún problema.
Tras un 2020 «desastroso» tanto para las flores ornamentales como para las comestibles, varios operadores comerciales recientes han acordado tranquilizar a Efe que la demanda de pedidos se ha disparado en preparación para las próximas vacaciones. .
“Comer flores no es normal”, reconoce la directora ejecutiva de Innoflower, Laura Carrera, aunque hay referencias a que se remontan a más de 2.000 años en China y otros de la Roma clásica.
“Con la popularización de la ‘nueva cocina’ de los años setenta y ochenta, las flores comestibles volvieron a estar de moda, como recordaba antes de señalar que en España existía una larga tradición, por ejemplo, de condimentar platos con maja de flor de azafrán.
Esta empresa, con sede en Zaragoza (noreste de España) y fincas en esa provincia y en Siria (centro), cuenta con un amplio surtido de más de medio centenar de flores comestibles al servicio de las 52 semanas del año.
“Hay notas dulces, amargas, saladas o metálicas que aportan textura y color y pueden en algunos casos alterar el sabor del plato: los chefs tienen magia”, comentó.
Esta «joyería comestible» tiene una gran demanda por parte de los restaurantes españoles, que «superó la demanda» esta Navidad y permitirá que Innoflower, lanzado en 2016, termine el año con unos ingresos de 500.000 €, una cifra similar a la de 2019.
Los productos cristalizados, liofilizados y secados, así como la línea de piruletas, con una vida comercial más larga, son los productos que abrieron el campo de exportación para esta empresa que comercializa estos productos a los rincones de Dubai, Rusia y Francia – la más grande consumidor de flores comestibles en Europa o Italia.
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