Vista aérea del bonito pueblo de Cantavija en la provincia de Teruel. Imagen: Mike Workman / Shutterstock.com.
La Organización Mundial del Turismo (OMT) ha publicado la tan esperada lista de los principales pueblos turísticos para este año.
Anunciados anualmente, estos pueblos seleccionados han demostrado su notable potencial para utilizar el turismo para el desarrollo de sus comunidades locales, al mismo tiempo que adoptan prácticas de turismo sostenible y muestran sus valiosos activos culturales y naturales.
En un logro notable, el campo español reveló sus tesoros: tres de sus pueblos obtuvieron un codiciado lugar en la lista de este año.
Cantavija, Oñati y Chiguenza comparten tradiciones culturales únicas y son modelos de turismo sostenible.
Cantavija: una joya medieval en Aragón
Encaramada sobre escarpados acantilados, Cantavia es la capital histórica Alto MaestroUn pueblo lleno de historia.
Las tradiciones medievales y aragonesas de la ciudad se conservan en numerosos monumentos, que desde 1981 cuentan con el título de conjunto histórico-artístico.
El casco histórico, con su denominación de bien de interés cultural, cuenta con un fascinante conjunto de edificios, entre los que destacan antiguas ermitas, los restos de un castillo destruido durante la I Guerra Carlista, la iglesia levantino-gótica de San Miguel y el antiguo hospital barroco. San Roque.
Los visitantes de Cantavija pueden sumergirse por completo en la cultura local alojándose en posadas rurales como La Tarajuela, Casa Vidal, Casa Sara y 40 de Mayo.
Se pueden pasar los días haciendo senderismo o ciclismo de montaña por el pintoresco paisaje, contemplando las vistas panorámicas del paisaje aragonés.
Por la noche, los huéspedes pueden disfrutar de la cocina tradicional local en los restaurantes de gestión familiar.
Oñati: paraíso vasco de aprendizaje y fe
Ubicado en exuberantes paisajes verdes. País Vasco, Oñate tiene sus raíces en la Edad Media.
El nombre, que en euskera se traduce como «lugar de abundantes montañas», capta a la perfección su entorno natural.
Oñati, históricamente un centro de aprendizaje y fe, tiene uno de los edificios universitarios más antiguos y bellos de España, así como el Santuario de Arantzazu, una iglesia enriquecida con obras de artistas famosos como Eduardo Chillida, Jorge Oteiza y Néstor Basterretxea.
Los extraordinarios puntos históricos de la ciudad incluyen el monasterio y asilo de Pitaretta del siglo XVI, la universidad renacentista y la iglesia gótica de San Miguel, con su impresionante torre barroca.
Los visitantes pueden sumarse a la celebración de la cultura local durante la Fiesta Medieval del Día del Corpus Christi, donde procesiones y bailes tradicionales amenizan la localidad.
Los entusiastas del aire libre pueden explorar las montañas a pie o en bicicleta, con numerosos senderos y el majestuoso Parque Nacional Iskori-Aradz, conocido por sus magníficas montañas, su cautivadora vida silvestre e iglesias y caminos antiguos.
Los encantadores hoteles y albergues de propiedad local de la ciudad reflejan la cálida hospitalidad rural de la región.
Sigenza: El tapiz vivo de Castilla-La Mancha
Ubicado en una zona menos explorada. Castilla-La ManchaLas raíces de Sigenza se remontan a la colonia romana de Secondia.
Esta antigua ciudad ha sido testigo de una rica historia moldeada por influencias romanas, visigodas, moriscas y castellanas evidentes en su arquitectura y cultura.
Declarada sitio histórico-artístico en 1965, Sigüenza exhibe maravillas arquitectónicas como la gran catedral gótica, su propia pintura de El Greco, una antigua fortaleza que data del siglo V d.C. y la Iglesia de Santiago del siglo XII.
La ciudad cuenta con su universidad medieval, la Universidad de Chiguenza, y muchos monasterios, iglesias y edificios religiosos históricos.
Después de explorar las joyas culturales y arquitectónicas de la ciudad, los visitantes pueden disfrutar del impresionante paisaje que rodea Chiguenza, que ofrece numerosas oportunidades para hacer turismo, hacer senderismo y montar en bicicleta.
Las opciones gastronómicas abundan en los edificios históricos de toda la ciudad, lo que respalda el crecimiento de la economía turística local.
Los visitantes pueden prolongar su estancia en las diversas ‘casas rurales’ de la ciudad, que contribuyen al vibrante tejido turístico de Chiguenza.
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