En una revisión reciente publicada en la revista Avances actuales en el campo de la nutrición.Los investigadores han evaluado el potencial terapéutico de las verduras crucíferas y sus compuestos bioactivos en el tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) utilizando modelos clínicos, in vitro y in vitro.
revisar: Conocimiento actual sobre la preparación y beneficios de las verduras crucíferas en relación con modelos in vitro, in vivo y clínicos de enfermedad inflamatoria intestinal.. Haber de imagen: SewCreamStudio/Shutterstock
fondo
La enfermedad inflamatoria intestinal, incluida la colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn (EC), es una afección crónica caracterizada por inflamación persistente, malestar gastrointestinal y daño tisular grave. La colitis ulcerosa afecta el colon y el recto, mientras que la EC afecta el intestino distal, provocando síntomas dolorosos y la necesidad de repetidas intervenciones quirúrgicas. La prevalencia de la enfermedad inflamatoria intestinal, particularmente en Europa y América del Norte, plantea importantes desafíos económicos y sociales, exacerbados por asociaciones con factores del estilo de vida moderno, como cambios en la dieta en alimentos ultraprocesados, urbanización y estrés. La eficacia de los tratamientos actuales, que se centran en infecciones y desequilibrios microbianos, a menudo disminuye, lo que destaca la necesidad de estrategias de gestión rentables y de investigación continua sobre intervenciones nutricionales personalizadas que utilicen compuestos bioactivos de vegetales crucíferos para mejorar los resultados terapéuticos.
Introducción a las hortalizas crucíferas y sus compuestos bioactivos.
Las hortalizas crucíferas pertenecen a… brasicáceas La familia incluye una variedad de plantas ricas en nutrientes como el brócoli, las coles de Bruselas, el repollo y la col rizada. Estos vegetales se caracterizan por su alto contenido en glucosinolatos (GSL), que son compuestos que contienen azufre y que se sabe que tienen un efecto positivo en la salud humana. Cuando se consumen, la enzima mirosinasa convierte los GSL en isotiocianatos (ITC), como el sulforafano (SFN), compuestos que han sido ampliamente estudiados por su capacidad para modular el estrés oxidativo y la inflamación, dos aspectos patológicos importantes de la EII.
Estos vegetales también contienen otros compuestos bioactivos importantes, como flavonoides y polifenoles. Los flavonoides, como la quercetina y el kaempferol, tienen poderosas propiedades antioxidantes que ayudan a eliminar los radicales libres dañinos del cuerpo. Los polifenoles, incluidos el ácido ferúlico y el ácido sinápico, contribuyen a aumentar los efectos antioxidantes y antiinflamatorios que son esenciales para el tratamiento de enfermedades crónicas como la enfermedad inflamatoria intestinal. La acción combinada de estos compuestos no sólo ayuda a reducir el estrés oxidativo y la inflamación, sino que también ayuda a fortalecer la barrera intestinal y modular el microbioma intestinal, aliviando así los síntomas de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII).
Evidencia in vitro de la eficacia de las hortalizas crucíferas.
Amplias investigaciones in vitro han confirmado el potencial terapéutico de las verduras crucíferas en el contexto de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Los estudios que utilizan cultivos celulares han demostrado que los extractos de estos vegetales pueden inhibir significativamente la activación de vías inflamatorias clave en las células inmunes. Por ejemplo, se ha demostrado que las nanopartículas derivadas del brócoli inhiben la activación de las células madre y reducen la secreción de citocinas proinflamatorias. Estos hallazgos sugieren que las verduras crucíferas pueden modular las respuestas inmunes, lo que puede reducir la incidencia o gravedad de los procesos inflamatorios dentro del intestino.
Además, los efectos antiinflamatorios se complementan con las propiedades antioxidantes de la verdura. Por ejemplo, los estudios sobre los brotes de brócoli han destacado su capacidad para aumentar la actividad de las enzimas desintoxicantes de fase II y mejorar los mecanismos de defensa celular contra el daño oxidativo. Esto es particularmente importante en la enfermedad inflamatoria intestinal, donde el estrés oxidativo juega un papel fundamental en la exacerbación de la inflamación y el daño intestinal.
Los estudios in vivo respaldan los beneficios de las crucíferas
Los estudios en animales han proporcionado pruebas convincentes que respaldan los efectos beneficiosos de las verduras crucíferas sobre la enfermedad inflamatoria intestinal. La investigación que utiliza varios modelos animales de colitis ha demostrado que las dietas ricas en vegetales crucíferos pueden reducir los resultados de la enfermedad y mejorar los síntomas asociados con la enfermedad inflamatoria intestinal. Se ha observado que estas intervenciones nutricionales modifican favorablemente la composición de la microbiota intestinal, aumentan la producción de ácidos grasos de cadena corta y mejoran la integridad de la barrera intestinal.
Por ejemplo, los estudios en ratones alimentados con extractos de brócoli ricos en SFN informaron una disminución de la expresión de marcadores inflamatorios como el factor de necrosis tumoral (TNF)-alfa y la interleucina (IL)-6, junto con un aumento en las proteínas protectoras de la barrera intestinal como… zonula occludens-1 (ZO-1). Estos hallazgos indican no sólo una reducción de la inflamación, sino también una mejora en los componentes estructurales del revestimiento intestinal, que a menudo están comprometidos en pacientes con EII.
Perspectivas clínicas y direcciones futuras de investigación.
A pesar de la sólida evidencia in vitro e in vivo, los estudios clínicos que exploran los efectos de las verduras crucíferas en personas con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) son relativamente limitados. Los estudios existentes destacan el papel fundamental de la preparación de vegetales y la biodisponibilidad de los compuestos activos para determinar sus beneficios para la salud. Por ejemplo, la eficacia del SFN se ve muy afectada por la forma en que se prepara y consume el brócoli, ya que la cocción puede destruir la enzima mirosinasa necesaria para la liberación del SFN.
Por lo tanto, se necesitan más ensayos clínicos para evaluar exhaustivamente el efecto de estos vegetales en la EII y explorar cómo estos efectos se trasladan desde modelos animales y de laboratorio a la salud humana. Dichos estudios deberían centrarse en diferentes métodos de preparación, dosis y patrones de consumo para determinar los enfoques más beneficiosos para el tratamiento dietético de la EII.
Además, las investigaciones futuras deberían tener como objetivo comprender las respuestas individuales a la ingesta de vegetales crucíferos en diferentes subpoblaciones de pacientes con EII. Esto puede ayudar a diseñar recomendaciones nutricionales para mejorar los resultados de los pacientes individuales y desarrollar tratamientos nutricionales personalizados que sean efectivos y manejables a largo plazo.
Referencia de la revista:
- TE Alaba, JM Holman, SL Ishaq, et al, Conocimiento actual sobre la preparación y beneficios de vegetales crucíferos en relación con modelos in vitro, in vivo y clínicos de enfermedad inflamatoria intestinal., Avances actuales en nutrición, DOI – 10.1016/j. cdnut.2024.102160, https://cdn.nutrition.org/article/S2475-2991(24)00094-5/fulltext
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