MADRID (Reuters) – El entrenador de fútbol español Luis Rubiales, que causó revuelo cuando agarró la cabeza de la jugadora Gini Hermoso y la besó en los labios tras la victoria de España en el Mundial femenino el 20 de agosto, enfrenta al menos tres desafíos legales y administrativos.
Hermoso dice que no quería que la besaran y que se sentía «débil y víctima de agresión». Rubiales, que se negó a dimitir el viernes pese a las intensas presiones, dijo que el beso fue «espontáneo, mutuo, alegre y consensuado».
Él y su federación dijeron que tomarían medidas legales para defenderlo y demostrar su inocencia de todas las acusaciones.
¿Habrá proceso penal español?
Un fiscal del Tribunal Supremo español, que tiene competencia porque la final de fútbol se celebró en el extranjero, recibió varias denuncias alegando posibles agresiones sexuales.
En tales casos, cuando la víctima es mayor de edad y capaz, los fiscales no pueden actuar por sí solos. La fiscal del Tribunal Superior dijo el lunes que la oficina se comunicaría con Hermoso para preguntarle si quería presentar una denuncia penal formal.
Mientras tanto, el Ministerio Público ha iniciado una investigación previa al procedimiento, que se detendrá si Hermoso no presenta denuncia dentro de los 15 días posteriores a su contacto.
La agresión sexual se castiga con pena de prisión de uno a cuatro años.
En la final, también se vio a Rubiales sosteniendo su pene en celebración mientras estaba junto a la reina Letizia y la princesa Sofía, de 16 años. Pidió disculpas por este gesto.
Una de las denuncias recibidas por el fiscal abarca también ese incidente, acusando a Rubiales de «exhibición indecente delante de un menor».
¿Qué hace la FIFA?
La FIFA suspendió a Rubiales de todas las actividades relacionadas con el fútbol durante tres meses, con efecto inmediato a partir del sábado.
Su comité disciplinario abrió un procedimiento basado en el artículo 13 de su estatuto, que trata del «comportamiento agresivo» de jugadores y funcionarios, en particular «la violación de reglas básicas de conducta decente» y «comportarse de una manera que desprestigie al deporte».
Rubiales dijo que utilizaría la investigación para demostrar su inocencia.
¿Qué más están haciendo las autoridades españolas?
El gobierno español condenó enérgicamente las acciones de Rubiales, pero no pudo suspender ni destituir directamente a Rubiales de su cargo como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), una institución privada.
En cambio, el estatal Consejo Nacional de Deportes (CSD) envió el viernes el expediente Rubiales, que consta de denuncias de varias organizaciones, incluida la liga española de fútbol femenino, al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), alegando «dos infracciones muy graves»: Abuso de poder. y “actos públicos que atenten contra la dignidad deportiva o la aptitud deportiva”.
El CSD afirmó que las denuncias abarcaban «todo su comportamiento durante la final».
El TAD celebrará una reunión extraordinaria el lunes y está previsto que decida si presenta o no un caso contra Rubiales. El tribunal está compuesto por siete miembros, entre ellos tres mujeres, que son nombrados por la Comisión de Desarrollo Sostenible.
Sólo si el TAD decide iniciar un procedimiento contra Rubiales podrá el CSD suspenderlo mientras dure la investigación, decisión que deberá ser aprobada por el Comité Ejecutivo del CSD.
El comité podría reunirse como mínimo 48 horas después de la decisión de la TAD. Aunque Rubiales ya está detenido, la Comisión de Desarrollo Sostenible de España dijo que seguiría adelante con su caso de todos modos.
La ley del deporte española estipula que si se demuestra que alguien ha incurrido en «faltas muy graves», puede ser destituido de su cargo. También es posible ser privado del ejercicio de un cargo en un organismo deportivo por un período de entre dos y cinco años.
El fallo puede tardar varios meses, incluido el análisis de todos los documentos y alegaciones presentados por las partes.
La ley prevé la prohibición de por vida de ocupar un cargo en una organización deportiva en caso de reincidencia, en función de su gravedad.
Informe de Emma Pinedo, Edición de Andrei Khalip y Alison Williams
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