Tal vez esté tratando de tomar las mejores decisiones posibles cuando se trata de alimentarse a sí mismo y a su familia, pero ¿es lo que ve en su supermercado o mercado local la opción más saludable o sustentable? Un nuevo estudio de Universidad McGill Un nuevo estudio ha llegado a algunos hallazgos alarmantes que revelan que la mayoría de las dietas humanas, ricas en carne y azúcar, plantean riesgos para la salud y dañan el medio ambiente.
La dieta humana, antes y ahora
Hace apenas unas décadas, las dietas de los humanos modernos tendían a ser más simples, centrándose en alimentos caseros y menos énfasis en productos frescos durante todo el año. Si bien las frutas y verduras frescas se disfrutaban según la temporada, la variedad era a menudo más limitada que en la actualidad.
Hoy en día, a pesar de las amplias opciones y conocimientos sobre nutrición, los hábitos alimentarios han empeorado. Esto plantea la pregunta: con los supermercados llenos de variedad e información nutricional fácilmente disponible, ¿por qué las dietas humanas promedio no se han vuelto más saludables?
Investigadores de la Universidad McGill y Instituto Internacional de Investigaciones sobre Políticas Alimentarias Realizó un estudio de varios años que analizó la evolución del suministro de alimentos de Canadá.
Su objetivo era comprender cómo los cambios en la disponibilidad de alimentos y los patrones de consumo afectan la salud humana y el medio ambiente.
Los hallazgos apuntan a un preocupante desajuste entre lo que está disponible en la dieta y lo que constituye una nutrición óptima tanto para los individuos como para el planeta.
La decepcionante realidad de la alimentación humana moderna
Para evaluar hasta qué punto el panorama alimentario humano moderno favorece una alimentación saludable, los investigadores necesitaban medidas fiables. Han elegido dos fuentes muy respetadas:
- Guía de comida de Canadá: Este recurso publicado por el gobierno brinda a los canadienses recomendaciones basadas en evidencia sobre los tipos y cantidades de alimentos necesarios para promover la salud y prevenir enfermedades crónicas.
- Comisión EAT-Lancet: Este panel global de científicos se ha unido para crear un sistema alimentario saludable para el planeta, uno que enfatice la nutrición óptima para los humanos y al mismo tiempo garantice la sostenibilidad a largo plazo de la producción de alimentos y proteja el medio ambiente.
Los investigadores analizaron cuidadosamente casi 60 años de datos de granjas y empresas de alimentos canadienses. Querían comprender la compleja relación entre lo que se produce, cómo se procesa y qué productos están fácilmente disponibles para los consumidores.
Desafortunadamente, este análisis en profundidad reveló una tendencia frustrante: los alimentos que son fácilmente accesibles para los humanos modernos no cumplen con los estándares de la Guía Alimentaria Canadiense ni con las recomendaciones del Comité EAT-Lancet.
Esto demuestra claramente que, a pesar de nuestro conocimiento sobre una alimentación saludable y sostenible, nuestra dieta actual no respalda consistentemente estas opciones.
Suministros de comida
“Uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio es el aparente desequilibrio en el suministro de alimentos. Hay una clara abundancia de carnes rojas y azúcar, productos que durante mucho tiempo se han asociado con muchos problemas de salud cuando se consumen en exceso en el Departamento”. de Ingeniería de Biorecursos en la Universidad McGill y autor principal del estudio.
Desafortunadamente, no estamos viendo un aumento similar en opciones más saludables. «Por el contrario, hay una notable falta de alternativas saludables como frutos secos, legumbres y verduras», continúa Abe Nge.
El impacto de la dieta en el medio ambiente.
A menudo ignoramos los impactos ambientales de lo que comemos. Sin embargo, una dieta rica en carne tiene consecuencias que van mucho más allá de la salud.
Aunque los productos animales representan una porción más pequeña de nuestras fuentes totales de alimentos, dejan una huella ambiental desproporcionadamente grande.
El estudio analizó los costos ambientales específicos asociados con los alimentos de origen animal:
- Emisiones de gases de efecto invernadero: La producción ganadera contribuye en gran medida a la emisión de gases de efecto invernadero, que desempeñan un papel importante en el cambio climático.
- Uso del agua: La cría de animales para la alimentación requiere grandes cantidades de agua tanto para los propios animales como para los cultivos que se cultivan para alimentarlos. Esta alta demanda de agua ejerce presión sobre los recursos hídricos.
- Uso del suelo: La ganadería requiere grandes superficies de tierra, tanto para pastoreo como para cultivos forrajeros. Este uso de la tierra a menudo contribuye a la deforestación y la pérdida de biodiversidad.
En esencia, el estudio destaca que nuestra excesiva dependencia de los alimentos de origen animal impone al planeta un coste mayor del necesario para alimentar a la población. Cambiar hacia dietas más basadas en plantas puede reducir significativamente estos impactos ambientales dañinos.
Mejor alimentación para un mejor medio ambiente
El estudio enfatiza que reducir el consumo de carne y azúcar es beneficioso, pero hay medidas más amplias que las personas en las sociedades modernas pueden tomar para mejorar su salud y el medio ambiente:
Reemplazar las proteínas vegetales
Si bien no es necesario adoptar un estilo de vida vegano, incorporar proteínas de origen vegetal como frijoles o lentejas en lugar de carne en varias comidas cada semana puede marcar una gran diferencia.
Este cambio no sólo favorece la salud personal al reducir la ingesta de grasas animales y colesterol, sino que también reduce la carga ambiental, ya que los alimentos de origen vegetal generalmente requieren menos recursos, como agua y tierra, en comparación con la carne.
Más frutas y verduras
El consumo cada vez mayor de frutas y verduras no sólo es una opción saludable, sino que también es respetuosa con el medio ambiente.
Estos alimentos están repletos de nutrientes esenciales que promueven la salud y su producción es más sostenible que muchos productos de origen animal.
Su menor impacto ambiental se debe a factores como menores emisiones de gases de efecto invernadero y un uso menos intensivo del suelo.
Exigir una mejor alimentación y medio ambiente
Los individuos tienen el poder de influir en el mercado exigiendo opciones alimentarias más saludables y sostenibles. Esto se puede lograr mediante decisiones de compra y expresando la necesidad de cambios en la política alimentaria.
Los consumidores pueden alentar a las empresas y a los formuladores de políticas a priorizar la disponibilidad de alimentos nutritivos y amigables con el medio ambiente, lo que conducirá a cambios más amplios en los sistemas y políticas alimentarias.
El cambio es posible
Este estudio no fue diseñado para hacer que las personas se sientan culpables por sus elecciones de alimentos. Más bien, pretende llamar la atención sobre los problemas sistémicos de nuestro sistema alimentario y sus consecuencias para la salud y el medio ambiente.
Comprender estos desafíos es el primer paso hacia un cambio positivo. Al resaltar la desconexión entre la forma en que producimos y consumimos alimentos y sus impactos en la salud y el medio ambiente, el estudio empodera a los consumidores, los formuladores de políticas y los líderes de la industria alimentaria a tomar medidas.
La atención se centra en abogar por soluciones:
- Elecciones informadas del consumidor: Una mayor conciencia sobre estos problemas puede impulsar a las personas a realizar cambios pequeños pero impactantes en su dieta, creando una demanda de opciones más saludables y sostenibles.
- Cambios en la política: Los hallazgos resaltan la necesidad de intervenciones políticas que apoyen un suministro de alimentos más equilibrado, estimulen la producción y el consumo de alimentos de origen vegetal y tal vez desalienten aquellos alimentos con cargas ambientales excesivas.
- Transformación de la industria: Los productores y minoristas de alimentos desempeñan un papel fundamental en la evolución de sus ofertas y prácticas para alinearse mejor con las necesidades de las personas y el planeta.
“Existe una necesidad urgente de adoptar un enfoque integral que dé prioridad no solo a la salud pública, sino también a la salud de nuestro planeta. Al alinear más estrechamente el suministro de alimentos con las pautas dietéticas recomendadas, podemos allanar el camino hacia un futuro más saludable y sostenible. .”
El estudio completo fue publicado en la revista Seguridad alimentaria mundial.
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