La gente excavaba bajo los escombros del terremoto que azotó el oeste de Afganistán en busca de sus pocas posesiones, pero las pérdidas materiales parecían insignificantes.
El terremoto de magnitud 6,3 del sábado mató y hirió a miles de personas cuando destruyó innumerables viviendas en la provincia de Herat. El lunes, Asadullah Khan, examinando los escombros, se detuvo para contemplar un futuro melancólico.
Traicionó a tres hijas, a su madre y a su cuñada. Cinco miembros de la familia de su tío han muerto. Sus vecinos también están tristes.
«Perdimos 23 personas en esta aldea», dijo Khan.
El viceprimer ministro de Asuntos Económicos designado por los talibanes, Abdul Ghani Baradar, y su equipo visitaron el lunes la zona afectada por el terremoto para proporcionar «ayuda de socorro inmediata» y garantizar una «distribución justa y precisa de la ayuda», dijeron las autoridades.
Altos funcionarios de la ONU también acudieron a Zinda Jan para evaluar la magnitud de los daños.
En el vecino Pakistán, el gobierno celebró una sesión especial para revisar la ayuda proporcionada a Afganistán, incluidos los equipos de socorro.
Afganistán tiene pocas estadísticas confiables, pero el portavoz de la Autoridad Nacional Afgana de Desastres, Janan Saiq, dijo a los periodistas en Kabul que unas 4.000 personas murieron o resultaron heridas por el desastre.
No proporcionó detalles, pero las estimaciones de las Naciones Unidas indican que 1.023 personas murieron y otras 1.663 resultaron heridas sólo en 11 aldeas de Zinda Jan.
Los talibanes dijeron que casi 2.000 viviendas en 20 aldeas quedaron destruidas.
Sólo hay un hospital gubernamental en la zona afectada por el terremoto.
El Servicio Geológico de Estados Unidos dijo que el epicentro del terremoto se encontraba a unos 40 kilómetros al noroeste de la ciudad de Herat, la capital provincial.
Muchas réplicas fueron fuertes, incluidos los temblores del lunes que una vez más provocaron que los residentes de la ciudad huyeran de sus hogares.
Al-Sayeq, portavoz de la Autoridad de Desastres, dijo que más de 35 equipos de grupos militares y sin fines de lucro están participando en los esfuerzos de rescate.
Los grupos de ayuda advierten que el invierno que se acerca rápidamente, combinado con el nuevo desastre, probablemente exacerbe los desafíos existentes en Afganistán y dificulte que la gente pueda satisfacer sus necesidades básicas, como alojamiento, alimentos y medicinas adecuados.
El Comité Internacional de Rescate dijo que infraestructura vital, incluidos puentes, fue destruida y que se desplegaron equipos de respuesta de emergencia para brindar asistencia humanitaria.
Los afganos todavía sufren los recientes desastres naturales.
Un terremoto de magnitud 6,5 en marzo sacudió gran parte de Pakistán y Afganistán, y un terremoto sacudió el este de Afganistán en junio de 2022, arrasando casas de piedra y adobe y matando al menos a 1.000 personas.
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