A medida que comienza la temporada navideña, los funcionarios de salud de EE. UU. están lanzando una advertencia sobre un aumento inminente de los casos de influenza y COVID-19.
Este aumento se debe a una combinación de factores, incluido el aumento de las reuniones navideñas, una gran cantidad de personas no vacunadas y la aparición de una versión más transmisible del coronavirus.
Alta incidencia de enfermedades similares a la influenza en varios estados
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han informado sobre la propagación de enfermedades similares a la influenza en todo el país.
La semana pasada, 17 estados vieron un aumento en estas enfermedades, frente a 14 estados la semana anterior.
La Dra. Manisha Patel, portavoz de los CDC, supuestamente destacó el aumento de la actividad de viajes esta temporada a medida que la gente se reúne ansiosamente con sus familias durante las vacaciones.
Este aumento de viajes contribuye a la propagación de virus respiratorios.
Control variable Omicron: JN.1
Los funcionarios de salud están monitoreando la propagación de una nueva versión del coronavirus en constante evolución, conocida como JN.1.
La variante Omicron, que se detectó por primera vez en Estados Unidos en septiembre, representa alrededor del 20% de los casos. Los CDC esperan que este porcentaje aumente al 50 por ciento en las próximas dos semanas.
Si bien JN.1 puede propagarse más fácilmente y evadir el sistema inmunológico hasta cierto punto, actualmente no hay evidencia que sugiera que cause una enfermedad más grave que otras variantes recientes. Es importante destacar que las vacunas y los medicamentos antivirales siguen demostrando ser eficaces contra ella.
Bajas tasas de vacunación contra la influenza
A pesar de la promesa de encontrar una vacuna contra la influenza que coincida con la cepa predominante, las tasas de vacunación han disminuido este año. Casi el 42 por ciento de los adultos estadounidenses se habían vacunado contra la gripe en la primera semana de diciembre, frente al 45 por ciento del año anterior, según datos de los CDC.
Esta disminución en las tasas de vacunación no se limita a la influenza; La adopción de los refuerzos de COVID-19 también ha sido lenta: solo alrededor del 18% de los estadounidenses han recibido la vacuna COVID-19 actualizada administrada en septiembre.
Incluso en los hogares de ancianos, donde los residentes se encuentran entre los grupos de mayor riesgo, sólo alrededor de un tercio ha recibido la vacuna COVID-19.
Débil respuesta a la vacunación contra virus respiratorios
Además, solo el 17% de los adultos de 60 años o más han recibido vacunas actualizadas para protegerse contra otro virus respiratorio, el virus respiratorio sincitial (VRS). El virus sincitial respiratorio suele causar síntomas leves parecidos a los del resfriado, pero supone un riesgo importante para los bebés y los ancianos.
En respuesta a estas preocupantes tendencias, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades tomaron la inusual medida de emitir una alerta sanitaria a los médicos estadounidenses, instándolos a priorizar la vacunación de sus pacientes contra los tres virus.
The Associated Press contribuyó con el reportaje.
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